El segundo día puede comenzar con un recorrido precioso entre la Puerta de Sevilla (1) y la Puerta de Almodóvar (2), una de las zonas con más encanto de la ciudad. Luego, los turistas pueden acercarse hasta el Barrio de San Basilio (3), también conocido como barrio del Alcázar Viejo. Se trata de un barrio conocido por sus patios cordobeses, que están abiertos gran parte del año, más allá de la Festividad de los Patios Cordobeses. Esta zona está fortificada con algunas estructuras como la torre de Belén, de época almohade.

Existen varios monumentos que se pueden visitar en esta zona de la ciudad. Uno de ellos son las Caballerizas Reales de Córdoba (4), un conjunto construido en el siglo XVI por disposición de Felipe II con el objetivo de criar caballos de pura raza española.

Tras recorrer las callejuelas del Alcázar Viejo, los visitantes podrán realizar una visita al barrio de la Judería (5), al que se puede acceder por la calleja La Luna, cerca de donde está la estatua del filósofo Averroes (6). El objetivo es llegar hasta la Sinagoga, pasando por la Plaza Maimónides (7) y por la Plaza Tiberiades (8), donde se encuentra la escultura de Maimónides.

La Sinagoga de Córdoba (9) es la única existente en Andalucía y una de las tres únicas de estilo mudéjar que se conservan en España. Consta de un patio al que se accede desde la calle y que da paso a un vestíbulo seguido de la sala de oración. Del lado oriental del vestíbulo arranca la escalera que lleva hasta la galería para las mujeres; dicha galería se conecta con la sala de oración mediante tres balcones decorados con arquillos polilobulados. La decoración en yeso, con motivos mudéjares, se ha perdido hasta unos dos metros de altura, dejando a la vista el ladrillo de su fábrica.

Tras haber visitado la Judería, en el tercer día los viajeros sufrirán un cambio total de escenario al llegar a la Plaza de las Tendillas (1), en las inmediaciones del antiguo foro romano, donde se encuentra el punto de información turística. Esta zona de la ciudad es en la actualidad el eje sobre el que se desarrolla la vida comercial de la capital cordobesa y que sirve como conector de las principales avenidas, como son las calles Cruz Conde (2), Claudio Marcelo (3) y Gondomar (4).

En esta parte, los viajeros encontrarán el templo romano de Córdoba (5), unas ruinas descubiertas durante las obras de ampliación del Ayuntamiento. Se trata de una formación arquitectónica pseudoperíptera, hexástila y de orden corintio, de 32 metros de largo por 16 de ancho.

Después de haber explorado esa zona y haber recorrido las tiendas y comercios que la adornan, los turistas podrán dirigirse hacia la parte norte del casco histórico cordobés. Se antoja obligatorio recomendar para su realización una visita al Palacio de los Condes de Viana (6), no sin antes avisar de que los lunes está cerrado. Se podrá reservar la entrada para recorrer por cuenta propia los patios, que es lo más reseñable del edificio, o para la visita completa, añadiendo la guía por el interior del palacio.

El cuarto día los visitantes de la ciudad partirán desde las proximidades del Palacio de Viana para realizar una ruta por las iglesias más reseñables de la zona.

Así, la primera parada será la Real Iglesia Conventual de San Agustín (1), situada en la plaza del mismo nombre, un edificio que se empezó a construir durante el siglo XIV y cuyo aspecto actual corresponde al primer tercio del siglo XVII. Esta iglesia sufrió importantes deterioros durante el siglo XIX, durante la invasión francesa, siendo posteriormente restaurada en diversas ocasiones.

Callejeando en dirección sureste, los turistas encontrarán la Iglesia del Juramento de San Rafael (2), un templo católico que ostenta el rango de basílica menor. Se levanta en el lugar donde se cree que el arcángel San Rafael se apareció al padre Roelas en 1578, jurándole custodiar la ciudad. Esta edificación constituye un ejemplo de gran originalidad por combinar un espacio longitudinal y circular que presenta la última fachada de estilo neoclasicista que se erige en Córdoba.

Bajando por la calle Roelas los viajeros se toparán con la Iglesia de San Lorenzo (3), fundada sobre una antigua mezquita que reemplazó una iglesia visigótica más antigua. Su planta es rectangular de tres naves, sin crucero y cabecera en forma de ábside. Dispone de porche de tres vanos apuntados en la portada principal y un sólido alminar árabe convertido en torre renacentista.

Regresando al Palacio de Viana y subiendo por la calle de Sta. Isabel, hacia el norte encontraremos la Iglesia de Santa Marina (4). Frente a ella se extiende la homónima plaza de Santa Marina, presidida por el Monumento a Manolete. Es de planta rectangular y está dividida en tres naves, siendo la principal notablemente más alta que las laterales.

En la última jornada del viaje los turistas revisitarán el centro histórico de Córdoba siguiendo un trayecto que los llevará por todos los barrios icónicos de la ciudad.

El paseo comenzará en el barrio de San Basilio, tras los muros del Alcázar de los Reyes Cristianos. Los viajeros atravesarán la calle San Basilio hacia el norte y llegarán a través de las callejuelas hasta los Jardines de Vallellano (1), en la antigua Huerta del Rey.

Bordeando los jardines en dirección norte accederán al barrio de la Judería, y luego se dirigirán hacia el este cruzando las calles Judíos, Romero y Cardenal Herrero. Aquí podrán saludar nuevamente a la imponente Mezquita. Continuarán por la calle Martínez Rücker, acercándose a la ribera del Guadalquivir.

A través de la calle Lineros y la calle de Rodrigo los viajeros se toparán con el barrio de San Pedro y con su Iglesia homónima (2), una de las iglesias fernandinas situadas en Córdoba. Paseando por este barrio descubrirán la llamada Axerquía (3) o ciudad baja, un lugar donde hace siglos se concentraba la mayor parte del comercio y de la industria.

Hacia el norte se extienden los Jardines de Orive (4), un parque urbano creado a partir de diferentes huertas pertenecientes al Palacio de los Villalones: un antiguo palacio renacentista que es sede actual de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Córdoba. En los jardines, abiertos al público, se encuentran restos arqueológicos del circo romano y de un conjunto de casas de época almohade.

Así, dejándose llevar, los turistas llegarán de nuevo a la zona del Palacio de Viana. Recomendamos perderse por el barrio de San Lorenzo (5) y llegar hasta el Jardín de los Poetas (6), un rincón con encanto que el tiempo va hermoseando a medida que crece su variada arboleda.

Ya de vuelta, los viajeros pueden dirigirse siguiendo el Paseo de Córdoba y visitar los Jardines de la Merced (7), un oasis dentro del transitado centro de Córdoba. Está rodeado por inmensos y modernos edificios de seis y siete plantas contrastando con la medieval Torre de la Malmuerta o el antiguo Convento Mercedario de la ciudad, que hoy es sede de la Diputación Provincial de Córdoba. En el centro se encuentra la fuente circular del afamado arquitecto Carlos Sáenz de Santamaría, rodeada por gigantescos árboles cuyas raíces, cuenta la leyenda, están alimentadas por las cenizas de antiguos patricios romanos allí enterrados.

Nuestra última parada recomendada reposa en los Jardines de la Agricultura (8), a los que se llega bajando por la avenida Ronda de los Tejares. Se trata de un gran jardín con un espacio radial que confluye en plazas decoradas con bancos de forja, de azulejería y palomares. Dispone de dos estanques y varias esculturas dedicadas a pintores, poetas o escultores.

Una vez explorado este espacio verde, dando una agradable caminata hacia el sur por el paseo de la Victoria retornaremos al punto donde hemos comenzado el día.